Saturday, May 31, 2008



Celebran los 47 años del ajusticiamiento de Trujillo

Con la presencia de representantes de varias generaciones patrióticas, la Fundación Héroes del 30 de Mayo y la Secretaría de Cultura, celebraron ayer el 47 aniversario del ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo, quien gobernó despóticamente el país durante 31 años.
En la actividad, celebrada en el mismo lugar donde cayó abatido el dictador en la autopista 30 de


Mayo, estuvieron presentes el general Antonio Imbert Barrera, único sobreviviente en la actualidad de la gesta patriótica, y los combatientes antitrujillistas Poncio Pou Saleta, Leandro Guzmán y Mayobanex Vargas.

El general Imbert dijo que los hechos del 30 de Mayo, que culminaron con la muerte de Trujillo, sólo pueden enjuiciarse con la referencia histórica del momento, “porque entonces lo necesario era matar a la bestia para decapitar su régimen”.

El héroe nacional llevaba puestos los mismos zapatos que calzaba la noche en que participó en la balacera que terminó con la vida de Trujillo. El discurso central del acto fue pronunciado por el presidente de la Fundación Héroes del 30 de Mayo, Eduardo Díaz, quien destacó la valentía y el heroísmo de los hombres y mujeres que lograron poner fin a la oprobiosa dictadura de Trujillo.

Díaz refirió que hay opiniones que pretenden crear división entre los grupos patrióticos, señalando que los objetivos de la gesta del 30 de Mayo no fueron cumplidos, porque fracasó la segunda etapa de la conspiración, lo cual rechazó.

“La segunda etapa era restablecer la libertad y la democracia, destruyendo por completo la dictadura, y eso lo logró el pueblo dominicano meses después al eliminar los remanentes del imnominioso régimen”, dijo.

La Fundación 30 de Mayo cedió este año a la Federación de Fundaciones Patrióticas, la entrega del Premio a la Libertad, el cual fue otorgado al productor de televisión Freddy Beras Goico.
La entrega no se realizó en el momento porque Beras Goico está fuera del país. Se anunció que le será entregado próximamente en el programa “Con Freddy y Punto”.

En el acto fue presentado el proyecto del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, donde será expuesto el patrimonio de varias generaciones que lucharon contra la tiranía de trujillista

Friday, May 30, 2008

Héroe misión suicida Imbert Barrera narra sucesos de ajusticiamiento de Trujillo

“Ese fue un plan suicida. Yo se lo he dicho a la juventud, que no permitan que eso suceda nunca jamás en nuestro país”. Cuarenta y siete años después, el general vitalicio Antonio Imbert Barrera vuelve a recrear aquel 30 de mayo del año 1961.

“Era la única manera de salir de ese asesino vulgar que teníamos como padre de la patria”.

Así comienza a narrar los sucesos de aquella noche en que un grupo de valerosos y decididos hombres mató a tiros al dictador Rafael Leonidas Trujillo.
Todo comenzó y terminó con un plan. La hora estaba marcada.

El lugar y los participantes también fueron escogidos con antelación. Sólo había que esperar el momento y capitalizar la rutina de viaje del sátrapa al interior. El tiempo avanzaba. Ya no había vuelta atrás.

“Él iba siempre, durante los fines de semana, a San Cristóbal, a su finca. Entonces, nosotros dijimos, bueno esta es una misión suicida, y esperamos que fuera de noche para allá”, rememora.
Imbert Barrera no estaba solo. En la noche de acción deliberada lo acompañaban Antonio De la Maza Vásquez, Salvador Estrella Sadhalá, Luis Manuel Cáceres Michel, Huáscar Tejeda Pimentel, el primer teniente Amado García Guerrero, Luis Amiama Tió, Roberto Pastoriza Neret y Pedro Livio Cedeño.

En ellos recayó la responsabilidad histórica de terminar con 30 años ininterrumpidos de infamia y opresión.
Las muertes de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal sumada a las maniobras de Trujillo para perpetuarse a punta de bayoneta, asesinatos, sometimientos arbitrarios y desapariciones, fueron suficientes para proclamar un contundente “co…, pero en este país no hay hombres”, que más tarde sirvió de bujía propulsora para consumar la muerte del tirano.
“Dijimos, bueno, a este hombre hay que sacarlo del medio. Esto no se puede aguantar.

Antonio de la Maza se encuentra con Salvador Estrella y éste le cuenta lo de las hermanas Mirabal y lo que pensábamos nosotros, que había que jugarse la vida. Una misión que había que perder la vida, si era necesario. Antonio de la Maza dice, yo estoy también en eso.

Salvador le dice, pero a jugarnos la vida”, rememora Imbert Barrera, haciendo gala de su lucidez.

Explica que después de este encuentro entre De la Maza y Estrella, el primero trató el tema con el entonces general retirado Juan Tomás Díaz y que, posteriormente, contactaron a Tejeda, Pastoriza y Cedeño, quienes no vacilaron en integrarse al propósito común de liquidar cuanto antes a Trujillo.
“Nosotros nos fuimos detrás del teatro Agua y Luz, dizque a coger fresco. Dijimos, bueno, ahora lo que hay es esperar a que este bandido pase una noche de estas por ahí y caerle atrás.

Es una misión suicida, porque no hay más ná’. Cuando viene el carro de Trujillo, Amado García Guerrero, que era del Cuerpo de Ayudantes de Trujillo, nos dice: ‘Ahí viene’.

Nos quedamos igualitos, tranquilitos ahí. Cuando pasó el carro, dijimos, vamos a seguirlo”, recuerda Imbert Barrera.
Añade que acto seguido tomó el volante del carro de De la Maza y corrieron, a distancia prudente, detrás del automóvil que transportaba a quien se hizo llamar “Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva”.

El héroe nacional precisa que la avenida que bordea el malecón, hoy bautizada 30 de Mayo, por donde seguían los pasos de Trujillo, sólo tenía iluminación hasta la Feria Ganadera.
Antes de la persecución, subraya Imbert Barrera, el grupo había convenido que Tejeda, Cedeño y Pastoriza se adelantaran varios kilómetros de la carretera, para evitar que Trujillo escapara con vida, en el hipotético caso de que el primer intento resultara fallido.
“Después que pasamos la parte (de la avenida) que está iluminada, yo aprieto la marcha. De la Maza me dice: ‘Tocayo, no se le pegue todavía; no se le pegue.

Seguimos ahí. En la parte más oscura, yo trato de alcanzarlo. Lo alcanzo, efectivamente y me pongo paralelo (al carro de Trujillo) y ahí Antonio De la Maza le dispara con una escopeta calibre 12”, relata.
Entrevistado en su residencia por el director de El Caribe, Manuel A. Quiroz, el ex piloto de la Fuerza Aérea cuenta que cuando su compañero de conjura arremete a balazos contra Trujillo el carro que los transportaba detuvo inmediatamente la marcha y que es en ese momento cuando se produce un enfrentamiento a fuego cruzado que se prolongó por largo rato.
“Quizás, si él no se para, yo no sé lo que pasa. Antonio de la Maza me dijo: ‘Tocayo dé la vuelta, dé la vuelta. Doy la vuelta y pongo de frente. Ahí, Antonio y yo nos tiramos de barriga en el concreto de la autopista. Estrella Sadhalá y Amado García Guerrero empezamos el intercambio de disparos”, cuenta.
El general vitalicio hace una pausa, respira profundo y luego exclama airado: “dicen que Trujillo disparó. Trujillo no disparó nada. El que disparó, y yo lo reconozco, fue Zacarías de la Cruz (el chofer del tirano). Nos vació dos ametralladoras.

Entonces, empezamos a pelear: tú me disparas, yo te disparo. Ahí tuvimos como cinco minutos”, desglosa Imbert Barrera.
Dice que cuando amainan los disparos, se dirige a Antonio De la Maza para invitarlo a avanzar hasta el carro de Trujillo, sin dejar de gatear por el pavimento de la calle. “Ya Trujillo estaba herido.

Cuando estamos cerca del carro de Trujillo, Antonio me dice, tocayo, corra hacia delante del carro, que yo corro hacia atrás. Antonio vuelve y le dispara. Ya Trujillo está desmontado del carro.

Antonio me vocea: ‘Tocayo, ahí va. Cuando veo al marchante ese que iba quejándose, ay, ay, ay. Me salió al frente y ya usted sabe lo que yo le hice”, expresa Imbert Barrera.

Aclara herida de Cedeño

Trujillo, Momento final

El dictador se quejó y cayó boca arriba“Ay, ay, ay. Ese quejido, a mí no se me olvida”, expuso Imbert Barrera en referencia a los últimos instantes de vida de Trujillo, después de haber sido impactado con varios balazos de armas de distintas marcas y calibres. “Cayó boca arriba”, recuerda.

Imbert Barrera quiso aprovechar la entrevista que rememora el 47 aniversario del ajusticiamiento de Trujillo, para aclarar que a Pedro Livio Cedeño no fue Trujillo ni su conductor De la Cruz quienes le dispararon, sino que quien lo hirió de bala fue su propio compañero, Estrella Sadhalá, producto de una confusión.

Imbert Barrera explica que como Cedeño, Pastoriza y Tejeda se habían adelantado, al regresar al lugar del tiroteo, Estrella pensó que se trataba de gente allegada a Trujillo y disparó en medio de la oscuridad, resultando herido en esas circunstancias su amigo Cedeño.

“Cuando llega ese carro, nosotros no sabíamos qué carro era y menos Estrella y García, que nos estaban cubriendo a De la Maza y a mí. Pedro Livio se tira del carro, para ir a pelear también y ahí lo agarró Estrella y le disparó a Pedro Livio.

Dicen que fue Trujillo. Mentira. El revólver de Trujillo, un 38, envuelto en una correa de tiros, lo saqué yo del carro y un maletín. Que Trujillo disparó; qué carajo disparó, un hombre que iba muriéndose”, refuta, de forma categórica.

Perfil de algunos conjurados

Antonio de la Maza
General retirado

Oriundo de Moca, fue uno de los conjurados de mayor participación. Fue el primero en disparar contra Trujillo. Nació el 24 de mayo del 1912. Era hijo del general Vicente De la Maza. Al momento del ajusticiamiento, era general retirado.


Su animadversión contra Trujillo se agudizó cuando éste ordenó matar a un hermano suyo, Octavio (Tavito) De la Maza. Los dos hablaban abiertamente del régimen.

Se dice que Trujillo tenía informes de que Antonio formaba parte de un grupo que atentaba contra su vida. Fue acribillado a tiros el 4 de junio del 1961, junto a Juan Tomás Díaz, por agentes de seguridad.

Amado García GuerreroMiembro del Cuerpo de Ayudantes de Trujillo
Militar dominicano nacido en La Romana, el 2 de junio del 1931. Fue miembro del Cuerpo de Ayudantes de Trujillo.

Fue la persona encargada de informar a los demás complotados sobre los movimientos del tirano. Así lo hizo la noche del 30 de mayo del 1961, para también participar en el ajusticiamiento de quien fuera su jefe superior.

Cuentan que la razón fundamental que lo llevó a conspirar contra Trujillo fue la prohibición del tirano de que contrajera matrimonio con una joven de su pueblo natal, llamada Luisa Gil, hermana de René Gil, un dirigente comunista. El 2 de junio del 1961, cayó peleando contra miembros del SIM.

Pedro Livio CedeñoEx capitán del Ejército
Este ilustre dominicano nació en la ciudad de Higüey, en el año 1912. A temprana edad se inclina por los estudios militares.

Su educación le confirió conocimientos en estrategia en combate y la motivación de ingresar luego al Ejército Nacional.

De él se conoce su capacidad para acceder a informaciones sobre las actuaciones de Trujillo. Participó directamente en la conjura para asesinarlo y resultó herido por error por uno de sus compañeros.

Fue detenido en la Clínica Internacional y el 18 de noviembre del 1961, Ramfis Rafael Trujillo, hijo del tirano, ordenó su ejecución en la hacienda familiar de Nigua, San Cristóbal.

Huáscar Tejeda PimentelIngeniero

Nació en Baní, provincia Peravia, el 31 de marzo del 1929. A los 22 años de edad, fue enviado a estudiar a Toronto, Canadá, pero fue en Estados Unidos, en la universidad de Connecticut, en donde se graduó de ingeniero civil. A su regreso al país, trabajó de cerca con Roberto Pastoriza Neret, también ingeniero.

Esta amistad los lleva a participar activamente en los planes para matar Trujillo. Después de varias torturas y, la mañana del 18 de noviembre de 1961, fue sacado de la cárcel y fusilado junto a cinco de sus compañeros, en la hacienda María, en Nigua, San Cristóbal.

Roberto Pastoriza Neret
Ingeniero
Es oriundo de París, Francia. Tenía 39 años cuando fue convidado por Antonio de la Maza para participar en un acontecimiento que luego lo convertiría en un héroe nacional.

Tras ser detenido por la muerte de Trujillo, declaró a la Fiscalía que intimó con Tejeda Pimentel y otros miembros de la conjura, a partir del 1954.

Fue el primero en ser llevado al lugar donde se produjeron los asesinatos. Contra él y sus compañeros dispararon las ametralladoras de Ramfis Trujillo, Gilberto Sánchez Rubirosa y Luís José León Estévez, según declaró el 13 de abril del 1962, el ex mayor policial Américo Dante Minervino Matías.

Luís Manuel Cáceres MichelEmpleado de De la Maza
Nació en Moca, en el 1938. Desde joven fue un luchador antitrujillista. Fue empleado de Antonio de La Maza Vásquez, quien lo integró a la conspiración.

Fue de los pocos que sobrevivió a los días posteriores de la conjura, aunque después fue apresado, encarcelado y torturado, y finalmente murió fusilado junto a otros compañeros, en la hacienda de Nigua, en San Cristóbal, el 18 de noviembre del 1961.

Como el resto del grupo, el pueblo dominicano lo recuerda por su heroico valor de inmolarse en aras de la libertad durante años secuestrada por Rafael Leonidas Trujillo y su familia.

“Ellos tuvieron valor de pelear con nosotros”

Al hablar de los hombres que junto a él ofrendaron sus vidas para terminar con la pesadilla que por tres décadas seguidas vivió República Dominicana, Imbert Barrera reconoce y subraya el arrojo con que decidieron ejecutar al sátrapa.

“Ellos tuvieron el valor de venir a pelear donde nosotros estábamos. Pedro Livio se tiró del carro para ayudarnos. Si hubiesen sido otros se quedan y no llegan al lugar donde se estaba peleando”, expresa.

Defiende su tesis de que ninguno resultó herido por Trujillo ni Zacarías, diciendo que cuando a Cedeño le extraen el proyectil que lo hirió en una pierna, se determinó que pertenecía al revólver calibre 38, propiedad de Estrella Sadhalá.

Comenta que pasada la confusión montaron a Trujillo en el baúl del carro de De la Maza, con dirección a la casa de Juan Tomás Díaz, con quien habían coordinado la segunda parte del plan.